Sarita28
Applesan@
Una ballena austral de varias toneladas de peso se tiró en picado sobre la embarcación de Ralph Mothes y su novia Paloma Werner el domingo pasado. El yate, de nombre Intrepid, se encontraba inmóvil en las tranquilas aguas sudafricanas cuando el cetáceo sorprendió a la pareja. Algunos testigos afirmaron que las embarcaciones que navegaban por la zona acosaron al animal.
Las autoridades marítimas investigan si éstas se saltaron la prohibición de acercarse a menos de 300 metros del área donde nadaba la ballena.
Ralph asegura, en declaraciones a la CBS, que el sonido de las colas de las ballenas cayendo en el mar les atrajo hasta allí. La cadena estadounidense tiene el video del «espectacular» encuentro entre el animal y la máquina. Pues lo primero que pensó Ralph cuando presintió la posible tragedia fue encender el motor y salir pitando.
El «Intrepid» navegaba por Hermanus, un destino turístico muy popular situado a 80 millas al este de Ciudad del Cabo, cuando sus ocupantes se percataron de la presencia del gigantesco animal. «Parecía nerviosa y pegaba saltos, pero casi no había viento, por lo que no pudimos alejarnos de ella», relataron Ralph y Paloma. Por suerte, ambos resultaron ilesos: «Gracias a Dios el casco es de acero y no de fibra, porque sino nos habríamos hundido», comenta el hombre.
El animal sólo destrozó el mástil.
El mástil no se precipitó sobre mí por unas pocas pulgadas», relata Ralph.
Las autoridades marítimas investigan si éstas se saltaron la prohibición de acercarse a menos de 300 metros del área donde nadaba la ballena.
Ralph asegura, en declaraciones a la CBS, que el sonido de las colas de las ballenas cayendo en el mar les atrajo hasta allí. La cadena estadounidense tiene el video del «espectacular» encuentro entre el animal y la máquina. Pues lo primero que pensó Ralph cuando presintió la posible tragedia fue encender el motor y salir pitando.
El «Intrepid» navegaba por Hermanus, un destino turístico muy popular situado a 80 millas al este de Ciudad del Cabo, cuando sus ocupantes se percataron de la presencia del gigantesco animal. «Parecía nerviosa y pegaba saltos, pero casi no había viento, por lo que no pudimos alejarnos de ella», relataron Ralph y Paloma. Por suerte, ambos resultaron ilesos: «Gracias a Dios el casco es de acero y no de fibra, porque sino nos habríamos hundido», comenta el hombre.
El animal sólo destrozó el mástil.
Nunca había visto una cosa tan gigante, sólo podía gritar ¡Paloma, agáchate!
El mástil no se precipitó sobre mí por unas pocas pulgadas», relata Ralph.