Bebita
Nuev@ Applesan@
En el año de 1859 y en una de las ciudades capitales indiscutibles del flamenco, nacía Rita Giménez García, que por espacio de 60 años dará muestras de sus inigualables dotes para el cante y el baile, hasta que en 1934 da por concluida su intachable trayectoria como cantaora y bailaora flamenca en el Café de Magallanes de Madrid, ciudad donde derrocharía sus capacidades artísticas que despertaron las envidias de los colegas de profesión.
Era Rita capaz de enfrentarse a los palos más difíciles sin temor alguno. Su dominio sobre malagueñas y soleares le granjearon fama y cada vez que el espectáculo ofrecía sesudos y complicados palos a los que rehusaban la mayoría de los artistas integrantes del cuadro, Rita salía a escena sin temor alguno y se desenvolvía con una soltura impropia de la dificultad de los tonos que había de alcanzar.
Así las cosas, empezó a acuñarse la frase "¡Eso, a Rita La Cantaora!" dejando claro que si no era ella la artífice, nadie más podría hacerlo.
Murió la jerezana en 1937 con 78 años de edad. En su Jerez natal, la expresión brotó como sinónimo despectivo, según apuntan los historiadores del universo del flamenco a consecuencia de las envidias que generaron sus inigualables dotes.
Con el paso del tiempo, España entera emplea esta frase hecha bien para dejar claro que no se va a hacer algo por su complicación o dificultad, o por falta de ánimos ante la tarea encomendada. "¡Que lo haga Rita, la Cantaora!" nos recuerda una vez más que todo tiene un origen y un sentido, y en este caso, la expresión se la debemos a la sin par Rita Giménez García.
LA CANTAORA.
Era Rita capaz de enfrentarse a los palos más difíciles sin temor alguno. Su dominio sobre malagueñas y soleares le granjearon fama y cada vez que el espectáculo ofrecía sesudos y complicados palos a los que rehusaban la mayoría de los artistas integrantes del cuadro, Rita salía a escena sin temor alguno y se desenvolvía con una soltura impropia de la dificultad de los tonos que había de alcanzar.
Así las cosas, empezó a acuñarse la frase "¡Eso, a Rita La Cantaora!" dejando claro que si no era ella la artífice, nadie más podría hacerlo.
Murió la jerezana en 1937 con 78 años de edad. En su Jerez natal, la expresión brotó como sinónimo despectivo, según apuntan los historiadores del universo del flamenco a consecuencia de las envidias que generaron sus inigualables dotes.
Con el paso del tiempo, España entera emplea esta frase hecha bien para dejar claro que no se va a hacer algo por su complicación o dificultad, o por falta de ánimos ante la tarea encomendada. "¡Que lo haga Rita, la Cantaora!" nos recuerda una vez más que todo tiene un origen y un sentido, y en este caso, la expresión se la debemos a la sin par Rita Giménez García.
LA CANTAORA.