Bebita
Nuev@ Applesan@
Pastillas para no soñar
¿Pastillas para no soñar? La primera que vez que escuché esto no lo podía creer. De seguro quería estafarme como los otros, pero juraba que eran reales. “Es en serio, y si no me crees, compruébalo tú misma” me dijo la anciana con quien yo había acudido en busca de ayuda para no volver a soñar con mi queridísima perrita que había muerto hace pocos días al ser atropellada.
Conscientemente podía sobrellevarlo, el problema era al momento de quedarme dormida, soñaba y soñaba, y a la mañana siguiente, despertaba con los ojos hinchados de tanto llorar, sin embargo, yo esperaba encontrarme con un método más bien psicológico.
Mi desesperación era tanta que terminé por comprar la “mágica píldora”. Tenía que tomármela justamente antes de dormir, con una sola bastaba.
La noche llegó y lo único que hice fue tomarme la esperada pastilla. Unos minutos después, quedé rotundamente dormida.
A la mañana siguiente, todo fue muy raro, desperté en un cuarto desconocido y repleta de una especie de sondas conectadas a mí, estaba en un hospital. Estaba totalmente desconcertada, no sabía que era lo que estaba pasando.
No sentía mis piernas ni mis brazos. En eso, vi llegar a mi madre llorando, le pregunté que estaba sucediendo y me dio una noticia aterradora… no volvería a caminar, había quedado tetrapléjica después de intentar salvar a mi perro de un automóvil que terminó por impactarme.
¿Pastillas para no soñar? ¡Claro! Pero, ¿Quién te garantiza que tu realidad no es más que solo un sueño? Demasiado tarde para cuestionármelo…
¿Pastillas para no soñar? La primera que vez que escuché esto no lo podía creer. De seguro quería estafarme como los otros, pero juraba que eran reales. “Es en serio, y si no me crees, compruébalo tú misma” me dijo la anciana con quien yo había acudido en busca de ayuda para no volver a soñar con mi queridísima perrita que había muerto hace pocos días al ser atropellada.
Conscientemente podía sobrellevarlo, el problema era al momento de quedarme dormida, soñaba y soñaba, y a la mañana siguiente, despertaba con los ojos hinchados de tanto llorar, sin embargo, yo esperaba encontrarme con un método más bien psicológico.
Mi desesperación era tanta que terminé por comprar la “mágica píldora”. Tenía que tomármela justamente antes de dormir, con una sola bastaba.
La noche llegó y lo único que hice fue tomarme la esperada pastilla. Unos minutos después, quedé rotundamente dormida.
A la mañana siguiente, todo fue muy raro, desperté en un cuarto desconocido y repleta de una especie de sondas conectadas a mí, estaba en un hospital. Estaba totalmente desconcertada, no sabía que era lo que estaba pasando.
No sentía mis piernas ni mis brazos. En eso, vi llegar a mi madre llorando, le pregunté que estaba sucediendo y me dio una noticia aterradora… no volvería a caminar, había quedado tetrapléjica después de intentar salvar a mi perro de un automóvil que terminó por impactarme.
¿Pastillas para no soñar? ¡Claro! Pero, ¿Quién te garantiza que tu realidad no es más que solo un sueño? Demasiado tarde para cuestionármelo…