maxim
@maxim_apps
Mueren ancianos olvidados
Mueren dos mayores abandonados en una furgoneta. El acusado de homicidio por negligencia se declara único responsable y habla de "un cúmulo de desgracias".
"Un cúmulo de desgracias". Conmocionado y todavía en shock, Luis Miguel Aranda , codirector del Hotel Residencia Virgen del Consuelo de Ciempozuelos (Madrid), explicaba ayer a los medios de comunicación cómo el pasado sábado -día en el que cumplía 47 años- se olvidó a dos ancianos de 83 y 87 años en la furgoneta en la que les trasladaba desde su domicilio hasta el centro de día del geriátrico. Ambos fallecieron en ese lapso.
"Asumo todas las consecuencias. No me preocupa lo que pueda ocurrirme a mí. Ni los abuelos ni las familias se merecían esto. Cuando te pasa algo así, sólo querrías haberte muerto tú", aseguró. Óscar, su hermano y también director del centro, dijo ayer a ADN: "Ha sido un fallo humano que estamos pagando pero bien".
Con demencia senil
Luis Miguel Aranda está imputado por un doble homicidio por negligencia. Tras ser detenido la tarde del sábado, el domingo fue puesto en libertad con cargos después de prestar declaración. La magistrada del Juzgado de Primera Instancia de Valdemoro consideró que que no había riesgo de fuga de Aranda, con arraigo en la zona.
Éste explicó ayer que pasadas las 10.00 llevó a siete ancianos desde sus domicilios al centro de día, en la furgoneta. Primero sacó, según su versión, a cinco abuelos que podían caminar -"eran los abuelos con Alzheimer"-, y cuando iba a por los dos fallecidos, que estaban en silla de ruedas y tenían demencia senil, le interrumpieron. "No recuerdo qué fue, si una llamada de teléfono o que me paré a hablar con una compañera o un familiar, pero se me fue", dijo.
"Estaban como dormidos"
Ya por la tarde, aunque sin precisar el número de horas que pasaron, Aranda contó que se encontró a los dos ancianos muertos en la furgoneta cuando iba a devolver a los mayores a sus casas. "Los encontré yo. Estaban como dormidos. Creo que se debieron dormir porque si no hubieran golpeado los cristales". La furgoneta estaba en la calle, matizó. Él mismo llamó a los familiares y a la Guardia Civil.
Tampoco echaron de menos a los fallecidos en el centro, porque "todos los días no vienen los mismos mayores", aseguró el imputado. Pero además, a esta cadena de infortunios se suma que al producirse el suceso en sábado no usaron la furgoneta "como hacemos a diario para ir a la farmacia o llevar a los abuelos al médico", contó Aranda.
Los dos fallecidos llevaban varios años acudiendo al centro de día de la residencia Virgen del Consuelo. Por su estancia y el transporte desde sus casas pagaban 725 euros mensuales, según publica el centro en su página web. G. C., vecino de Ciempozuelos, fue enterrado ayer en el municipio y A. F., trasladado a Lugo para recibir sepultura.
El imputado y su familia tienen un negocio en Ciempozuelos y son muy conocidos. Varios vecinos coinciden en señalar que este suceso "ha sido un descuido y una pena para las tres familias". Una mujer cuya madre estuvo dos años en el centro agregó: "Es una desgracia lo que ha ocurrido pero esto no quiere decir que haya malos tratos o malos cuidados".
Piden que se esclarezca cuanto antes
La presidenta de la Federación Madrileña de Asociaciones Pro Salud Mental, Ana Gumiel, exigió ayer que se esclarezca cuanto antes el suceso. "Quiero creer que es un error", afirmó, pero si es un olvido "es una barbaridad" porque "un hombre no es un paraguas que se pueda olvidar en un coche". La Asociación de Familiares y Enfermos Mentales pidió que dediquen "más tiempo y dinero" para la salud mental, que es "la pobre de las enfermedades". La Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia matizó: "Una negligencia de estas características no puede volver a repetirse" y "debe ser duramente sancionada".
Mueren dos mayores abandonados en una furgoneta. El acusado de homicidio por negligencia se declara único responsable y habla de "un cúmulo de desgracias".
"Un cúmulo de desgracias". Conmocionado y todavía en shock, Luis Miguel Aranda , codirector del Hotel Residencia Virgen del Consuelo de Ciempozuelos (Madrid), explicaba ayer a los medios de comunicación cómo el pasado sábado -día en el que cumplía 47 años- se olvidó a dos ancianos de 83 y 87 años en la furgoneta en la que les trasladaba desde su domicilio hasta el centro de día del geriátrico. Ambos fallecieron en ese lapso.
"Asumo todas las consecuencias. No me preocupa lo que pueda ocurrirme a mí. Ni los abuelos ni las familias se merecían esto. Cuando te pasa algo así, sólo querrías haberte muerto tú", aseguró. Óscar, su hermano y también director del centro, dijo ayer a ADN: "Ha sido un fallo humano que estamos pagando pero bien".
Con demencia senil
Luis Miguel Aranda está imputado por un doble homicidio por negligencia. Tras ser detenido la tarde del sábado, el domingo fue puesto en libertad con cargos después de prestar declaración. La magistrada del Juzgado de Primera Instancia de Valdemoro consideró que que no había riesgo de fuga de Aranda, con arraigo en la zona.
Éste explicó ayer que pasadas las 10.00 llevó a siete ancianos desde sus domicilios al centro de día, en la furgoneta. Primero sacó, según su versión, a cinco abuelos que podían caminar -"eran los abuelos con Alzheimer"-, y cuando iba a por los dos fallecidos, que estaban en silla de ruedas y tenían demencia senil, le interrumpieron. "No recuerdo qué fue, si una llamada de teléfono o que me paré a hablar con una compañera o un familiar, pero se me fue", dijo.
"Estaban como dormidos"
Ya por la tarde, aunque sin precisar el número de horas que pasaron, Aranda contó que se encontró a los dos ancianos muertos en la furgoneta cuando iba a devolver a los mayores a sus casas. "Los encontré yo. Estaban como dormidos. Creo que se debieron dormir porque si no hubieran golpeado los cristales". La furgoneta estaba en la calle, matizó. Él mismo llamó a los familiares y a la Guardia Civil.
Tampoco echaron de menos a los fallecidos en el centro, porque "todos los días no vienen los mismos mayores", aseguró el imputado. Pero además, a esta cadena de infortunios se suma que al producirse el suceso en sábado no usaron la furgoneta "como hacemos a diario para ir a la farmacia o llevar a los abuelos al médico", contó Aranda.
Los dos fallecidos llevaban varios años acudiendo al centro de día de la residencia Virgen del Consuelo. Por su estancia y el transporte desde sus casas pagaban 725 euros mensuales, según publica el centro en su página web. G. C., vecino de Ciempozuelos, fue enterrado ayer en el municipio y A. F., trasladado a Lugo para recibir sepultura.
El imputado y su familia tienen un negocio en Ciempozuelos y son muy conocidos. Varios vecinos coinciden en señalar que este suceso "ha sido un descuido y una pena para las tres familias". Una mujer cuya madre estuvo dos años en el centro agregó: "Es una desgracia lo que ha ocurrido pero esto no quiere decir que haya malos tratos o malos cuidados".
Piden que se esclarezca cuanto antes
La presidenta de la Federación Madrileña de Asociaciones Pro Salud Mental, Ana Gumiel, exigió ayer que se esclarezca cuanto antes el suceso. "Quiero creer que es un error", afirmó, pero si es un olvido "es una barbaridad" porque "un hombre no es un paraguas que se pueda olvidar en un coche". La Asociación de Familiares y Enfermos Mentales pidió que dediquen "más tiempo y dinero" para la salud mental, que es "la pobre de las enfermedades". La Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia matizó: "Una negligencia de estas características no puede volver a repetirse" y "debe ser duramente sancionada".