Sarita28
Applesan@
¿Hombres ilusos o mujeres que fingen?
The Journal Of Sexual Medicine publica un estudio sobre los hábitos sexuales de los estadounidenses, elaborado por expertos en sexualidad del Centro de Promoción de la Salud Sexual de la Universidad de Indiana, y que contó para su realización con la colaboración de 5.865 personas, cuyas edades iban desde los 14 años hasta los 94
Entre los datos más llamativos quiero destacar dos:
El 85% de los hombres creen que sus parejas sí llegaron al orgasmo.
Sólo el 64% de las mujeres tuvieron un orgasmo en su última relación.
Una de dos: o muchos hombres ven orgasmos donde no los hay, en sus parejas, o muchas mujeres simulan sus orgasmos.
El posible espejismo de los hombres, puede deberse a la necesidad de sentir el orgasmo femenino, como prueba de su propia capacidad amatoria, en una cultura que lo designa como responsable de que este ocurra.
La simulación de la mujer tiene como objetivo dejar satisfecho al hombre, haciéndole creer que ha cumplido con su anhelo de conseguir que ella llegue al orgasmo.
De cualquier forma ¡vaya montaje! ¡Cuánto cuento y cuanta comedura de coco!
The Journal Of Sexual Medicine publica un estudio sobre los hábitos sexuales de los estadounidenses, elaborado por expertos en sexualidad del Centro de Promoción de la Salud Sexual de la Universidad de Indiana, y que contó para su realización con la colaboración de 5.865 personas, cuyas edades iban desde los 14 años hasta los 94
Entre los datos más llamativos quiero destacar dos:
El 85% de los hombres creen que sus parejas sí llegaron al orgasmo.
Sólo el 64% de las mujeres tuvieron un orgasmo en su última relación.
Una de dos: o muchos hombres ven orgasmos donde no los hay, en sus parejas, o muchas mujeres simulan sus orgasmos.
El posible espejismo de los hombres, puede deberse a la necesidad de sentir el orgasmo femenino, como prueba de su propia capacidad amatoria, en una cultura que lo designa como responsable de que este ocurra.
La simulación de la mujer tiene como objetivo dejar satisfecho al hombre, haciéndole creer que ha cumplido con su anhelo de conseguir que ella llegue al orgasmo.
De cualquier forma ¡vaya montaje! ¡Cuánto cuento y cuanta comedura de coco!
