BonesMac
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Duke Nukem 3D para Mac. Duke Nukem 3D es uno de los clásicos de los años noventa. Fue popular, se vendió bien, y a su sombra crecieron otros títulos bastante exitosos como Shadow Warrior o Blood. Gracias a él, la gente de 3D Realms —una subdivisión de Apogee Software— ganó mucho dinero y prestigio, y su compañía se convirtió en una de las grandes; con el tiempo fueron dilapidándolo todo..., pero ésa es otra historia.
Veamos, en 1995 el género de los arcades en primera persona no era exactamente nuevo, y de hecho podría decirse que existía cierto estancamiento. Era la época de los llamados "clones de Doom"; unos mejores, otros peores, pero casi todos bastante parecidos y, salvo alguna excepción, carentes de mayor interés. Los aficionados de entonces teníamos la vista puesta en dos títulos que, según las revistas, iban a cambiarlo todo al año siguiente: Quake, que venía de la mano de los genios de Id Software y pretendía ser una maravilla gráfica, y Duke Nukem 3D, que prometía escenarios de la vida real y una libertad de acción para el jugador sin precedentes. Me recuerdo en la tienda, con 7.000 pesetas en el bolsillo, mirando las dos cajas y dudando; aunque, siendo sincero, no dudé demasiado, porque el estilo de Quake no me atrajo demasiado, y además Duke Nukem 3D se adaptaba mejor a mi máquina.
¿Quién podría resistirse? La caja del juego decía cosas como:
«Muévete por escenarios realistas en 3D, con 28 increíbles niveles, en las calles de Los Ángeles, en una estación espacial o sobre la superficie de la Luna.
La más avanzada tecnología 3D hasta ahora conocida te permitirá explorar un mundo totalmente interactivo lleno de rascacielos, profundos desfiladeros o profundas aguas tenebrosas, ¡con alucinantes efectos realistas, tales como terremotos, edificios que explotan ante tus narices, monitores de seguridad, podrás incluso montar en el Metro!
Control total de movimientos: corre, salta, agáchate, nada, bucea y vuela con tu jetpack mientras miras arriba y abajo».
¿Lo mejor de todo? Esta propaganda era realmente descriptiva, porque Duke Nukem 3D tenía todo esto. Para ver el mérito que hay aquí, ahora podéis poneros a pensar en cuántos productos están realmente a la altura de su publicidad..., no, no son muchos, y menos en la industria del videojuego de aquella época. De hecho, con el tiempo, uno acaba manteniendo con la publicidad una relación parecida a la de los ciudadanos soviéticos con el Pravda: "tú haces como te crees lo que dices, yo hago como que me creo lo que leo, los dos sabemos que es un montón de mierda". Pero vaya, ¡Duke Nukem 3D cumplía sus promesas!
Porque sí, el juego incluía edificios que explotan ante tus narices, niveles urbanos, unos gráficos muy coloristas y una libertad de movimientos que hasta entonces no habíamos visto nunca. Además, el jugador podía interactuar con el escenario de muchas formas: mirarse al espejo, mear en urinarios, romper botellas y toda clase de objetos, abrir boquetes en las paredes con explosivos, ser electrocutado al meter los dedos en un enchufe... En este aspecto sigue destacando incluso hoy.
Duke Nukem 3D también fue otro de esos videojuegos destinados a crear polémica, cosa que seguramente 3D Realms buscó a propósito. Además de una violencia de lo más explícita, a veces incluso algo exagerada, este arcade cuenta con mujeres ligeras de ropa..., y con un protagonista, el bueno de Duke, gamberro, soez y machista —en realidad, se trata de una parodia bastante conseguida de los matones del cine de acción ochentero—. Esto provocó las reacciones que podéis imaginar, y de hecho 3D Realms tuvo que publicar una variante censurada del juego en algunos países. De todos modos, repitieron la jugada al año siguiente con Shadow Warrior, así que parece que el follón les mereció la pena.
¿Y de qué va exactamente el juego? Duke Nukem 3D es en realidad una secuela, la tercera parte de una serie; pero las dos anteriores entregas son juegos de plataformas que, aunque gozaron de cierta repercusión en su momento, resultaron rápidamente eclipsados por él. En todo caso, nuestro objetivo en Duke Nukem 3D es luchar contra los alienígenas que han invadido la Tierra y matar a sus jefes. No hay mucho más argumento que éste, y tampoco hace falta.
La primera versión del juego se publicó en enero de 1996. Unos meses más tarde, a finales de ese año, 3D Realms lo amplió con un cuarto episodio, que incluía un arma y algunos enemigos nuevos: esta variante más completa se llamó Duke Nukem 3D: Atomic Version. Existía un parche, el denominado Plutonium Pak, para actualizar la versión original a la "atómica".
Nada más que añadir. Si no conocéis el juego y os gustan los arcades en primera persona —supongo que sí, de lo contrario no estaríais leyendo esto—, probadlo, no os decepcionará. Como diría Duke, It's time to kick ass and chew bubble gum!
Veamos, en 1995 el género de los arcades en primera persona no era exactamente nuevo, y de hecho podría decirse que existía cierto estancamiento. Era la época de los llamados "clones de Doom"; unos mejores, otros peores, pero casi todos bastante parecidos y, salvo alguna excepción, carentes de mayor interés. Los aficionados de entonces teníamos la vista puesta en dos títulos que, según las revistas, iban a cambiarlo todo al año siguiente: Quake, que venía de la mano de los genios de Id Software y pretendía ser una maravilla gráfica, y Duke Nukem 3D, que prometía escenarios de la vida real y una libertad de acción para el jugador sin precedentes. Me recuerdo en la tienda, con 7.000 pesetas en el bolsillo, mirando las dos cajas y dudando; aunque, siendo sincero, no dudé demasiado, porque el estilo de Quake no me atrajo demasiado, y además Duke Nukem 3D se adaptaba mejor a mi máquina.
¿Quién podría resistirse? La caja del juego decía cosas como:
«Muévete por escenarios realistas en 3D, con 28 increíbles niveles, en las calles de Los Ángeles, en una estación espacial o sobre la superficie de la Luna.
La más avanzada tecnología 3D hasta ahora conocida te permitirá explorar un mundo totalmente interactivo lleno de rascacielos, profundos desfiladeros o profundas aguas tenebrosas, ¡con alucinantes efectos realistas, tales como terremotos, edificios que explotan ante tus narices, monitores de seguridad, podrás incluso montar en el Metro!
Control total de movimientos: corre, salta, agáchate, nada, bucea y vuela con tu jetpack mientras miras arriba y abajo».
¿Lo mejor de todo? Esta propaganda era realmente descriptiva, porque Duke Nukem 3D tenía todo esto. Para ver el mérito que hay aquí, ahora podéis poneros a pensar en cuántos productos están realmente a la altura de su publicidad..., no, no son muchos, y menos en la industria del videojuego de aquella época. De hecho, con el tiempo, uno acaba manteniendo con la publicidad una relación parecida a la de los ciudadanos soviéticos con el Pravda: "tú haces como te crees lo que dices, yo hago como que me creo lo que leo, los dos sabemos que es un montón de mierda". Pero vaya, ¡Duke Nukem 3D cumplía sus promesas!
Porque sí, el juego incluía edificios que explotan ante tus narices, niveles urbanos, unos gráficos muy coloristas y una libertad de movimientos que hasta entonces no habíamos visto nunca. Además, el jugador podía interactuar con el escenario de muchas formas: mirarse al espejo, mear en urinarios, romper botellas y toda clase de objetos, abrir boquetes en las paredes con explosivos, ser electrocutado al meter los dedos en un enchufe... En este aspecto sigue destacando incluso hoy.
Duke Nukem 3D también fue otro de esos videojuegos destinados a crear polémica, cosa que seguramente 3D Realms buscó a propósito. Además de una violencia de lo más explícita, a veces incluso algo exagerada, este arcade cuenta con mujeres ligeras de ropa..., y con un protagonista, el bueno de Duke, gamberro, soez y machista —en realidad, se trata de una parodia bastante conseguida de los matones del cine de acción ochentero—. Esto provocó las reacciones que podéis imaginar, y de hecho 3D Realms tuvo que publicar una variante censurada del juego en algunos países. De todos modos, repitieron la jugada al año siguiente con Shadow Warrior, así que parece que el follón les mereció la pena.
¿Y de qué va exactamente el juego? Duke Nukem 3D es en realidad una secuela, la tercera parte de una serie; pero las dos anteriores entregas son juegos de plataformas que, aunque gozaron de cierta repercusión en su momento, resultaron rápidamente eclipsados por él. En todo caso, nuestro objetivo en Duke Nukem 3D es luchar contra los alienígenas que han invadido la Tierra y matar a sus jefes. No hay mucho más argumento que éste, y tampoco hace falta.
La primera versión del juego se publicó en enero de 1996. Unos meses más tarde, a finales de ese año, 3D Realms lo amplió con un cuarto episodio, que incluía un arma y algunos enemigos nuevos: esta variante más completa se llamó Duke Nukem 3D: Atomic Version. Existía un parche, el denominado Plutonium Pak, para actualizar la versión original a la "atómica".
Nada más que añadir. Si no conocéis el juego y os gustan los arcades en primera persona —supongo que sí, de lo contrario no estaríais leyendo esto—, probadlo, no os decepcionará. Como diría Duke, It's time to kick ass and chew bubble gum!