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Castellón: Aeropuerto para pasear
¿Quién dice que los políticos no legislan incluso en su contra? A partir del lunes se han autoprohibido inaugurar obras y servicios porque lo dice la ley electoral recientemente reformada.
La Junta Electoral Central se lo recordó ayer a los partidos. El veto, les dijo, también incluye la organización de visitas guiadas para periodistas.
Que ya se sabe, con la excusa de que se va a conocer la nueva residencia de mayores, lo que se busca es que la audiencia salga entusiasmada para gloria de los benefactores. Y claro, como hay obras en marcha por toda España... ¿quién no tiene un paseo o un centro de salud que lucir antes de ir a las urnas? Pues eso.
El caso es que el anuncio de la junta electoral coincidió con la inauguración del aeropuerto de Castellón, una juerga que atrajo a más 1.500 invitados.
Se ve que los populares Francisco Camps y Carlos Fabra tenían tanta prisa en salir volando que dieron por inaugurado el aeródromo dos meses antes de que lleguen los aviones. Visto que la campaña de Semana Santa está perdida, quién sabe si adelantando los actos se gana alguna otra, debieron decirse.
El aeropuerto de Castellón no acaba de despegar pero, por lo visto, como Teruel, existe.
Camps, el presidente de la Generalitat, calificó el acto de su apertura como «la culminación de un sueño, una ilusión y una forma de entender el futuro» que, si se cumplen los plazos, para mayo se hará realidad. Hasta entonces, la terminal tendrá que quedarse sin más azafatas que las de eventos ni más controladores que los de los partidos.
Fabra, uno de los políticos más azuzados por su presunta relación con asuntos turbios de corrupción, también se mostró encantado, «feliz, orgulloso y emocionado» del tráfico de todo tipo que generarán las instalaciones. Se calculan más de 2.700 puestos de trabajo y 1,5 millones de pasajeros al año.
En dos meses máximo, espero que tengamos todas las bendiciones para poder volar», confesó.
Camps se refirió a su correligionario como «un visionario y el autor intelectual de este proyecto que, además, «ha sufrido mucho para explicar lo necesario que era».
El aeropuerto de Castellón cuenta con una terminal de 10.000 metros cuadrados y una pista de 2,7 kilómetros, que no es que no valga.
En las próximas semanas podrá ser recorrida por todos los ciudadanos que lo deseen. Están invitados por las autoridades valencianas. Lo que aún se ignora es qué compañías aéreas las utilizarán dentro de dos meses.
Todo llegará, que lo dijo ayer Carlos Fabra.
Las tareas van a velocidad de crucero, pero por ahora, a Castellón no se va volando.
¿Quién dice que los políticos no legislan incluso en su contra? A partir del lunes se han autoprohibido inaugurar obras y servicios porque lo dice la ley electoral recientemente reformada.
La Junta Electoral Central se lo recordó ayer a los partidos. El veto, les dijo, también incluye la organización de visitas guiadas para periodistas.
Que ya se sabe, con la excusa de que se va a conocer la nueva residencia de mayores, lo que se busca es que la audiencia salga entusiasmada para gloria de los benefactores. Y claro, como hay obras en marcha por toda España... ¿quién no tiene un paseo o un centro de salud que lucir antes de ir a las urnas? Pues eso.
El caso es que el anuncio de la junta electoral coincidió con la inauguración del aeropuerto de Castellón, una juerga que atrajo a más 1.500 invitados.
Se ve que los populares Francisco Camps y Carlos Fabra tenían tanta prisa en salir volando que dieron por inaugurado el aeródromo dos meses antes de que lleguen los aviones. Visto que la campaña de Semana Santa está perdida, quién sabe si adelantando los actos se gana alguna otra, debieron decirse.
El aeropuerto de Castellón no acaba de despegar pero, por lo visto, como Teruel, existe.
Camps, el presidente de la Generalitat, calificó el acto de su apertura como «la culminación de un sueño, una ilusión y una forma de entender el futuro» que, si se cumplen los plazos, para mayo se hará realidad. Hasta entonces, la terminal tendrá que quedarse sin más azafatas que las de eventos ni más controladores que los de los partidos.
Fabra, uno de los políticos más azuzados por su presunta relación con asuntos turbios de corrupción, también se mostró encantado, «feliz, orgulloso y emocionado» del tráfico de todo tipo que generarán las instalaciones. Se calculan más de 2.700 puestos de trabajo y 1,5 millones de pasajeros al año.
En dos meses máximo, espero que tengamos todas las bendiciones para poder volar», confesó.
Camps se refirió a su correligionario como «un visionario y el autor intelectual de este proyecto que, además, «ha sufrido mucho para explicar lo necesario que era».
El aeropuerto de Castellón cuenta con una terminal de 10.000 metros cuadrados y una pista de 2,7 kilómetros, que no es que no valga.
En las próximas semanas podrá ser recorrida por todos los ciudadanos que lo deseen. Están invitados por las autoridades valencianas. Lo que aún se ignora es qué compañías aéreas las utilizarán dentro de dos meses.
Todo llegará, que lo dijo ayer Carlos Fabra.
Contrataremos los controladores, seguridad y bomberos....
Las tareas van a velocidad de crucero, pero por ahora, a Castellón no se va volando.