mislata
Mislata
El último de los Veyron es, hoy por hoy, el deportivo más extremo del planeta. Super Sport es su apellido y un nuevo récord de velocidad, 431 km/h, es su carta de presentación.
Así se despide el Señor de los Deportivos.
Se cierra un capítulo en la historia automovilística: el Bugatti Veyron deja de producirse y anuncia su muerte de la mejor de las maneras posibles.
El último de los Veyron es también el más extremo y potente jamás concebido. Super Sport es su apellido y alcanzar un nuevo récord de velocidad sobre la Tierra ha sido su primera gesta, un hito que consiguió antes de ser presentado al mundo en el Concurso de Elegancia de Peeble Beach 2010.
Destronado por el SSC Ultimate Aero en 2007, Bugatti ha buscado desde entonces recuperar lo que considera como propio. Así, dieron salida a este exclusivo titán del asfalto del que sólo se producirán 30 unidades. Su corazón es el mismo W16 de 8,0 litros del Veyron 16.4, pero potenciado mediante cuatro turbocompresores e intercoolers de mayor tamaño.
El resultado son 1.200 CV frente a los 1.001 CV de sobra conocidos gestionados por un cambio automático secuencial de doble embrague y siete velocidades que transmite dicha entrega a las cuatro ruedas.
A esta mecánica casi extraterrestre acompaña una carrocería que mejora en aerodinámica al estar fabricada íntegramente en fibra de carbono, pesando 50 kilos menos que el Veyron convencional, un chasis rediseñado, que ofrece total seguridad y estabilidad a velocidades extremas, así como amortiguadores y barras estabilizadoras reforzadas.
Todos estos ingredientes permiten al Veyron Super Sport llegar hasta los 431 km/h, aunque la velocidad se limita a 415 km/h para evitar la degradación de los neumáticos, y acelerar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos.
Hasta cuatro colores distintos visten a este sueño sobre ruedas. La edición del récord de velocidad, o World Record Edition -de la que hay sólo cinco unidades ya vendidas-, en negro y naranja es la más conocida. Pero, además, se puede encargar en azul oscuro, blanco plateado y en la combinación de ambas tonalidades. Con esta maravilla decimos adiós al que, para muchos, es el ‘señor de los deportivos’. Fuera de la producción o no, Bugatti Veyron ya tiene su hueco en el ‘Olimpo de los Coches’ y su inmortalidad fue firmada hace mucho tiempo.
Así se despide el Señor de los Deportivos.
Se cierra un capítulo en la historia automovilística: el Bugatti Veyron deja de producirse y anuncia su muerte de la mejor de las maneras posibles.
El último de los Veyron es también el más extremo y potente jamás concebido. Super Sport es su apellido y alcanzar un nuevo récord de velocidad sobre la Tierra ha sido su primera gesta, un hito que consiguió antes de ser presentado al mundo en el Concurso de Elegancia de Peeble Beach 2010.
Destronado por el SSC Ultimate Aero en 2007, Bugatti ha buscado desde entonces recuperar lo que considera como propio. Así, dieron salida a este exclusivo titán del asfalto del que sólo se producirán 30 unidades. Su corazón es el mismo W16 de 8,0 litros del Veyron 16.4, pero potenciado mediante cuatro turbocompresores e intercoolers de mayor tamaño.
El resultado son 1.200 CV frente a los 1.001 CV de sobra conocidos gestionados por un cambio automático secuencial de doble embrague y siete velocidades que transmite dicha entrega a las cuatro ruedas.
A esta mecánica casi extraterrestre acompaña una carrocería que mejora en aerodinámica al estar fabricada íntegramente en fibra de carbono, pesando 50 kilos menos que el Veyron convencional, un chasis rediseñado, que ofrece total seguridad y estabilidad a velocidades extremas, así como amortiguadores y barras estabilizadoras reforzadas.
Todos estos ingredientes permiten al Veyron Super Sport llegar hasta los 431 km/h, aunque la velocidad se limita a 415 km/h para evitar la degradación de los neumáticos, y acelerar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos.
Hasta cuatro colores distintos visten a este sueño sobre ruedas. La edición del récord de velocidad, o World Record Edition -de la que hay sólo cinco unidades ya vendidas-, en negro y naranja es la más conocida. Pero, además, se puede encargar en azul oscuro, blanco plateado y en la combinación de ambas tonalidades. Con esta maravilla decimos adiós al que, para muchos, es el ‘señor de los deportivos’. Fuera de la producción o no, Bugatti Veyron ya tiene su hueco en el ‘Olimpo de los Coches’ y su inmortalidad fue firmada hace mucho tiempo.